sábado, 21 de enero de 2017

LA VIDA SIN MI



Un disparo. El bosque. El silencio. Ahí comienza la vida sin mí. Tan solo me he convertido en un cuerpo inerte en lo profundo del bosque. En cambio, la vida, se ha tiznado de mi.
Ya no sentiré alegría pero tampoco dolor y tristeza. No volveré a sonreír a aquellos que no pudieron ver mis lágrimas tras la sonrisa. El eco ya no devolverá mi voz que susurraba "te quiero".

Y la vida seguirá como siempre sigue, con su pesado engranaje junto a sus bufones que a través de libros, mensajes y redes transmiten ideas positivas e idealizadas de la vida. Lucha, ríe, levántate, pelea, renace...

La vida es una enfermedad terminal. La vida es bella, es poesía, es magia. Una muerte digna honra una vida entera. Es bello morir cuando sabes que has alcanzado tu plenitud, cuando sabes que ya no puedes dar más, cuando te has quedado desposeído porque has sido generoso, cuando has amado hasta el éxtasis, cuando has vivido en tu piel y en la piel de otro, cuando te quedaste sin nada porque todo lo diste, porque el amor que te dieron lo invertiste en dar mucho más amor a esa persona....

Y no hay tristeza en el acto suicida. Solo algo de vanidad. Vanidad por creer que has alcanzado y dado todo lo que tenías que dar. Sin duda alguien se quedó con tanto amor. Y ese amor sigue dándome vida después de muerto pues yo vivo en él.

Nací desnudo, coseché amor, tuve la suerte de repartir ese amor e irme con las manos vacías y el corazón lleno de besos y ternura. No puedo pedir más. Me retiro como se retiran las grandes estrellas de Hollywood en su momento de esplendor, sólo que esta vez con más humildad, por la puerta de atrás, haciendo el mínimo ruido, el del disparo en el bosque.

Te dí tanto amor que cada sonrisa tuya, cada caricia, cada beso, me llenaba más de Felicidad...hasta que un día encontré mis bolsillos imaginarios vacíos o, quizá, con un amor no tan puro y limpio como el que te brindé. Me negué a darte menos de lo que te mereces y preferí volver a la tierra que me vio nacer antes que darte limosnas, pero esta vez tan lleno de amor como vacío de fuerzas.

No todos entenderán el acto de desvanecerse en el tiempo de gloria. Muchos verán cobardía, locura o dramatismo. Da igual. Me voy tan puro como vine. Y si la vida es justa y mima a sus criaturas, sé que el Cielo me regalará el reencuentro contigo. Porque has de saber que, mientras yo te espere en el Cielo o en el Infierno, cada día desde donde esté, velaré por ti, secaré tus lágrimas y te arroparé de primavera cuando estés solo y con frío en la noche.

Te he amado como a nadie. No lo olvides. Todos dicen lo mismo porque la mentira es fundamental para sobrevivir. Pero yo te lo susurro al oído para que sientas la verdad de mis palabras y el amor que hay en ellas. Solo moriré en el momento que me olvides.






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